Las cadenas de suministro se adaptan a los cambios globales

Asian-Firms-Increasingly-Seek-Regional-and-Global-Opportunities-618x338La deslocalización, el reshoring (regreso de la producción), el nearshoring (producción en un país cercano), es decir, las cadenas de fabricación y de suministro de todo el mundo están pasando por cambios de proporciones sísmicas, muchos de ellos en contra del sentido común y por motivos sorprendentes.

Morris Cohen, profesor de Operaciones, Información y Decisiones de Wharton, y su colega, Shiliang (John) Cui, de la Universidad de Georgetown, hacen un seguimiento de estos cambios desde hace unos años. Los dos hablaron de forma reciente con Knowledge@Wharton sobre sus últimos descubrimientos, y en especial sobre sus hallazgos contrarios a la intuición.

A continuación, la versión editada de la entrevista.

Un estudio de benchmarking

Morris Cohen: El estudio de benchmarking que hicimos se ocupa de la cuestión de la externalización de la fabricación de una red de cadenas de suministro globales. Como sabemos, la mayoría de las grandes empresas operan en la actualidad en todo el mundo. Tienen fábricas en todo el mundo. En los últimos años, más precisamente en los últimos 10 ó 15 años, se produjeron cambios significativos respecto a los lugares donde estas empresas trasladaron su producción. En particular, el desplazamiento fue mayor desde los países desarrollados, EE.UU., en particular, hacia la región de Asia, China, en particular. Esto tuvo como resultado, por supuesto, la pérdida de millones de empleos en el sector manufacturero, suscitando una enorme consternación entre los políticos y analistas, lo que dio lugar a preguntas del tipo: ¿cómo podemos traer estos empleos de vuelta? ¿Cómo podemos revitalizar nuestro sector manufacturero? Esta motivación política, estas preguntas, no han desaparecido. De hecho, es probable que la discusión sea ahora más candente.

El propósito original del estudio de benchmarking que hicimos fue reunir, de manera objetiva, algunas informaciones empíricas acerca de lo que las empresas estaban haciendo en realidad. No importaban sus intenciones declaradas o sus predicciones, sino las decisiones tomadas en realidad.

La última vez que estuve conversando con ustedes, comenté esta primera fase, que trata de un estudio de referencia de cerca de 50 empresas que operan en China. Hablamos de los resultados que observamos. A partir de ese momento, nos movimos a una segunda fase de aproximadamente 75 empresas mucho más dispersas globalmente. Hicimos las mismas preguntas para averiguar qué decisiones se estaban tomando en ese momento, y lo que llevaba a tomarlas, ¿cuál fue el impacto esperado de esas decisiones?

Trasladar la producción

Cohen: Bueno, en la primera fase constatamos realmente que no había mucho reshoring, es decir, el retorno de la producción a América del Norte, en particular EE.UU.. En la segunda fase, cuya muestra fue mayor, y el número de empresas mucho más diversa, efectivamente observamos un importante volumen de deslocalización —y aquí debo ser cauteloso— no “de vuelta” a EE.UU., sino hacia EE.UU.. Lo que nos sorprendió fue constatar de dónde venía esta producción. No provenía de compañías con sede en Estados Unidos, sino de compañías con sede en Europa y Asia. Por lo tanto, ellas están deslocalizando la producción a empresas estadounidenses en EE.UU., pero no se puede decir lo mismo de las empresas estadounidenses. ¿Te gustaría añadir algo, John?

John Cui: Sí, estoy totalmente de acuerdo con lo que has dicho. La razón por la que no hemos visto resultados similares en la primera fase se debe en parte al hecho de que los encuestados de aquella fase pertenecían a divisiones chinas de empresas globales. Por lo tanto, es posible que no se nos diera una imagen completa del movimiento de las empresas. Pero cuando llegamos a la segunda fase, que implica numerosas sedes centrales de compañías estadounidenses y globales, pudimos identificar esa deslocalización específica de empresas no estadounidenses hacia EE.UU.

Los factores de decisión

Cohen: Como parte de nuestro estudio preguntamos a las empresas por qué estaban tomando este tipo de decisiones. ¿Qué factores les motivaban a hacerlo? Estos factores que están impulsando a las empresas —especialmente las compañías no estadounidenses— a llevar su producción a EE.UU., son factores de acceso al mercado y la innovación, no a la mano de obra barata, por supuesto. Este sigue siendo uno de los mercados más grandes del mundo, si no el mayor. Sin embargo, también hay que decir que estas son las mismas razones por las que muchas empresas siguen yendo a China, no por la mano de obra barata, sino para tener acceso a un mercado grande y en crecimiento.

Esto plantea otra cuestión: No había un patrón dominante en lo que observamos. Vimos un conjunto bastante complejo de flujos de fabricación de un lugar a otro. A esto le llamamos “reequilibrio de la producción”. También observamos lo que llamamos “recarga de la producción”, en que algunas empresas aumentan su capacidad en su país de origen, pero no necesariamente cambian de mercado.

Así que para responder a su pregunta, no sé si tenemos una respuesta definitiva a lo que hemos visto. Sin embargo, está claro que el acceso al mercado y la innovación están llevando este tipo de empresas hacia EE.UU.. Se podría decir que las empresas estadounidenses ya tienen acceso a este mercado y que por lo tanto no es ninguna ventaja muy significativa para ellas.

Cui: Estoy totalmente de acuerdo. Creemos que esto podría explicar por qué las empresas estadounidenses no se benefician tanto como las extranjeras al entrar en este mercado. También estoy de acuerdo con Morris en que el coste ya no es el único factor dominante que las empresas toman en cuenta al considerar la posibilidad de reshoring. Anteriormente, era el coste lo que dictaba tales decisiones; actualmente, sin embargo, nos dimos cuenta de que hay una complejidad mucho mayor en la toma de decisiones y en los resultados observados.

Conclusiones sorprendentes

Cohen: Creo que algunas cosas que observamos en la segunda fase reforzaron lo que habíamos visto en la primera. Creo que he mencionado el hecho de que no había ninguna razón primordial, una corriente dominante. Parece que las empresas están haciendo un análisis de ventajas e inconvenientes complejo. Lo que nos llamó la atención fue la propagación de esta práctica. Nos encontramos en medio de una importante reestructuración de las cadenas de suministro globales. En muchas regiones, muchas empresas se preguntan: ¿tenemos la estructura correcta? ¿Subcontratamos correctamente? ¿Estamos llevando nuestro producto al mercado de la manera más eficaz posible? Por otra parte, estas empresas están cambiando a menudo su capacidad, alterando la forma en que fabrican sus productos, añadiendo tecnología.

Por ejemplo, tecnología e I+D [Investigación y Desarrollo], no hay nadie que no haya invertido en ello. Así que creo que estamos en medio de un período de flujo, de cambio, que está redefiniendo la forma en que el mundo fabrica sus productos.

Vía de doble sentido

Cohen: La externalización es a menudo interpretada como una vía de sentido único, una especie de “su pérdida es mi ganancia”. Sin embargo, ahora tenemos dos vías. Vemos un movimiento en ambas direcciones. Es por eso que llamamos a esto nuevo equilibrio, que es una de sus características dominantes. Muchas empresas están tomando una serie de decisiones —a veces de efecto compensatorio— para tener acceso a las economías en desarrollo y a sus mercados, para tener acceso a su mano de obra y sus proveedores.

Por lo tanto, hay más de una opción disponible. Sin embargo, también hay mucha deslocalización en ambas direcciones.

El aumento del flujo es todavía hacia China

Cui: Hemos observado que muchas empresas —empresas europeas y no chinas— se están moviendo a China por razones de mercado. China está creciendo y se espera que se convierta en el mayor mercado del mundo. Al mismo tiempo, sin embargo, observamos que hay empresas saliendo de China, no por razones de mercado, sino por razones de coste. En la industria de la moda, por ejemplo, muchas empresas se marchan de China y van a los países del sur de Asia, como Vietnam, Bangladesh, países con costes más bajos que incluso China. Por lo tanto, me pareció sorprendente que las empresas se marchen a China y también estén saliendo de ahí por diferentes razones.

Cohen: Yo añadiría que lo que vimos en la segunda fase, en línea con la fase uno, es que los flujos más grandes son todavía en dirección a China. Incluso ahora, a pesar del aumento del coste de la mano de obra y el hecho de que algunas empresas que están en China estén saliendo de allí, si preguntamos: “¿A dónde están yendo? ¿Qué están haciendo?”, vemos que el flujo más fuerte sigue siendo el de compañías que van a China. A menudo son empresas chinas que están creciendo en el país —es lo que llamamos recarga— o empresas extranjeras que van a China. Esta seguía siendo la opción preferida …

Otra cosa que observamos de forma muy pronunciada en la segunda fase fue que la calidad era una razón positiva para ir a China, no negativa.

En algún momento, hace años, alguien podría decir: “Oh, si deja EE.UU. y va a Asia, tendrá problemas de calidad”. Ciertamente, no se puede decir eso de Japón desde hace tiempo. Y parece no ser un problema en China. Productos complejos y de alta calidad —no necesariamente de mano de obra intensiva, pero productos complejos— se están produciendo en China con una excelente calidad.

Estados Unidos y Europa

Cohen: Bueno, el caso de Europa es muy interesante. En ambos estudios — y, creo, que sobre todo en el segundo estudio— hemos observado una disminución de la deslocalización de la producción en Europa Occidental. En América del Norte, había un movimiento procedente de otros lugares. Al juntar todas las piezas, en todo el mundo, vemos que estamos ganando. No a una velocidad muy grande, pero estamos ganando terreno o recuperándolo […] En Europa, sin embargo, hay una pérdida neta —excepto, por supuesto, en Europa del Este y Rusia, que se consideran regiones cercanas (nearshoring), así como lo es México de EE.UU.. Por tanto, son regiones que están subiendo, pero Europa occidental está cayendo.

La economía global no es plana

Cohen: Yo diría que la economía global no es plana, hay muchas posibilidades y oportunidades. Una cosa en particular que hay que tener en cuenta es que hay oportunidades en EE.UU. para el crecimiento de nuestra manufactura y nuestra economía. Tal vez basada en la innovación, tal vez sobre la base de diferentes tipos de tecnología, pero hay que reconocer que el mundo llegará a nuestra puerta en cuanto gestionemos correctamente este proceso.

Artículo de: Wharton University of Pensylvania 

 

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