En 1841, París, se presentó por primera vez Giselle. Un drama que desarrolla una historia cargada de inocencia, amor y deserción. La protagonista se encuentra en medio de un triángulo amoroso. Un hombre está enamorado de ella, pero Giselle está profundamente enamorada del joven duque Albrecht. El duque no menciona que está comprometido con la hijastra del príncipe, Bathilde. Giselle, al enterarse, muere en los brazos de su amado. Pero no ha hecho más que empezar, desde el más allá regresa Giselle en forma de ninfa traicionera para meter en problemas a los dos hombres.
La crítica reconoce el papel de Giselle como uno de los más exigentes en el mundo del ballet. Apunta a que no solo se encuentra entre los más desafiantes técnicamente, sino que requiere de un enorme talento para el dramatismo, donde ser capaz de demostrar la transformación de una niña inocente campesina a una mujer adulta atormentada.