Opinión: «Apagones y modelo eléctrico»

La noticia del apagón total que se produjo en Argentina el pasado 16 de junio es, vista desde España, una auténtica rareza. Nos hemos acostumbrado a tal calidad del servicio eléctrico que no recordamos ninguna situación ni lejanamente parecida en nuestro país. Y la verdad es que, aunque la seguridad infinita no existe, la probabilidad de que pase algo así aquí es muy baja.  Tenemos un sistema mallado y robusto y un sector eléctrico moderno en su conjunto, responsable y cuya máxima preocupación es la seguridad de suministro.

Para que se produzca una perturbación eléctrica de magnitud semejante a la registrada en Argentina han de darse, como en general ocurre en las catástrofes, varios fallos simultáneos o consecutivos más allá de las hipótesis contempladas por nuestra normativa. Lo que debe pasar en un sistema robusto, lo que ocurriría en nuestro país ante un fallo concreto, es que el problema se aislaría en algunas decenas de milisegundos, lo que evitaría que la perturbación se extendiera; luego se recuperaría el estado normal del sistema con cierta rapidez.

De ahí la importancia de que las protecciones, los dispositivos que permiten aislar una perturbación eléctrica, funcionen con selectividad, obediencia y rapidez.

Esto se logra en nuestro país porque en nuestro modelo eléctrico el operador del sistema es responsable de la filosofía y de los criterios generales de protección del conjunto del sistema eléctrico nacional, calculando el ajuste concreto y asegurándose de su implementación en todos los dispositivos correspondientes a la red de transporte. Un fallo de los dispositivos, de su ajuste o de la coordinación, suele ser la razón de la extensión de una perturbación eléctrica que afecta de forma generalizada a los consumidores. Si el problema no se aísla inmediatamente, en los tiempos referidos anteriormente, se extiende.

Un apagón como el argentino —seis horas en todo el país y algo más de 14 hasta recuperar completamente el servicio— es algo que no ha sucedido nunca en España desde que tenemos el modelo de operador del sistema y transportista, conocido como TSO (Transmission System Operator), con observancia de todas la medidas que la ley establece para la independencia del primero. Esto supone que es la misma compañía la que se ocupa de mantener el equilibro constante entre generación y demanda y de la construcción y el mantenimiento de las líneas de transporte.

Miguel Duvison es director general de Operación de Red Eléctrica de España.

Artículo de https://elperiodicodelaenergía.com [Pinche aquí para leer el artículo completo]

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