Las empresas se replantean como medir la productividad

Loss Of Inches

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Ulrich Doraszelski, profesor de Economía empresarial y de Políticas Públicas de Wharton, y Jordi Jaumandreu, investigador académico senior de la Universidad de Boston, han desarrollado un nuevo estudio para pedir la productividad empresarial. El nuevo estudio tiene el potencial de cambiar la forma en que los economistas piensan sobre el cambio tecnológico y la manera de interpretarlo en sus modelos.

Doraszelski añade que su investigación también puede cambiar la forma en que las personas perciben la productividad. “Desde el punto de vista histórico, las personas consideraban la productividad como un número único. Lo que estamos mostrando es que no es así. El cambio tecnológico tiene numerosas dimensiones”, dice ella. “Cambia la perspectiva que las personas tienen de la productividad. Eso significa que tenemos que repensar cómo la medimos y tomar en cuenta el hecho de que es multidimensional”.

Los macroeconomistas parten del supuesto de que el cambio tecnológico ocurre de forma no linear y eso aumenta la productividad laboral, mientras que la literatura asume que aumenta la productividad de todos los factores por igual o que el cambio tecnológico es neutral. Un nuevo estudio titulado, “La medición del grado de distorsión del cambio tecnológico”, muestra que la verdad se encuentra en algún punto intermedio. “Somos los primeros en proporcionar las cifras que respaldan esa afirmación”.

Los descubrimientos de la investigación son importantes. “Las distorsiones producidas por el cambio tecnológico son realmente serias”, dice Doraszelski. “Ellas modifican la manera en que la empresa hace las cosas. Si el cambio tecnológico fuera totalmente neutral y la productividad de todos los factores aumenta sin variación, no cambiaría el ratio capital/trabajo”. Así todo, si hubiera distorsión, esto es, aumento de la productividad de algunos insumos en el proceso de producción en detrimento de otros, entonces la estrategia de la empresa debería cambiar para reflejar eso. Un cambio tecnológico que eleve el grado de la fuerza laboral significa que son necesarios menos trabajadores para producir la misma cosa. Los resultados refuerzan una antigua preocupación de los trabajadores: la de que serían sustituidos por las nuevas tecnologías. “Desde los luditas (trabajadores de la industria textil inglesa) de principios del siglo XIX, mucha gente teme que ese tipo de cambio tecnológico no sea beneficioso para los trabajadores”, añade Doraszelski.

Así todo, según Doraszelski, no siempre tiene que ser así, porque las empresas pueden sacar ventaja de los bajos costes de mano de obra para crecer, lo que tiene como resultado la contratación de más trabajadores. “Las empresas tienen un incentivo para el despido de trabajadores, pero ese no es el fin de la historia. Como ellos ahora son más productivos, el costo de la empresa cae, por tanto ella puede aumentar la producción y utilizar más insumos”, dice Doraszelski. “Estamos intentando entender cuáles de esos factores son más fuertes: ¿despido o contratación de más gente por parte de la empresa?”.

 

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