La Acrópolis de Sevilla

El sábado 27 de abril realizamos una actividad cultural centrada en el análisis de los orígenes de la ciudad de Sevilla, consistente en un itinerario por la zona más elevada de la ciudad, el solar de la antigua Spal, donde después se levantaron los foros de la Hispalis romana.
La visita se inició en la plaza de la Pescadería, con una introducción al urbanismo antiguo de esta zona, en la que se levantó el foro imperial romano, unas termas y el castellum aquae, del que se conservan importantes vestigios, y posteriormente fue solar de la primitiva alcazaba medieval, una alcaicería, palacios medievales y renacentistas, edificios civiles, mezquitas e iglesias. A continuación analizamos las tres columnas monolíticas de la calle Mármoles, restos posiblemente de un templo ubicado en el foro de la antigua Hispalis, construido en tiempos de Adriano y que poseía seis columnas. Dos de ellas se trasladaron en el siglo XVI por el Conde de Barajas a la Alameda y otra, que se fracturó, quedó en la actual plaza de la Virgen de los Reyes.
Siguiendo el itinerario llegamos a la iglesia parroquial de San Isidoro, un interesante ejemplo del mudéjar sevillano, singular por sus portadas, que fue remodelada por Veremundo Resta hacia 1600 y posteriormente tras el terremoto de Lisboa. El templo atesora importantes obras de arte de autores como Pedro de Campaña, Juan de Roelas, Alonso Martínez, Antonio Ruiz Gijón, Pedro Duque Cornejo, Montes de Oca, o Lucas Valdés, destacando el magnífico lienzo del Tránsito de San Isidoro, que preside el altar mayor, realizado por Roelas en 1613, el Cristo de la Sangre o de los Maestres, del siglo XIV y la capilla sacramental con su impresionante retablo, labrado por Jerónimo Balbás y Pedro Duque Cornejo. Después visitamos el convento de San Alberto de Sicilia, en origen colegio de carmelitas calzados y hoy regentado por filipenses. Fue construido a principios del siglo XVII, posiblemente por Veremondo Resta, a quien se debe el claustro, que pudimos visitar, y la nave de la iglesia, siendo de época posterior la cúpula y el presbiterio. Aunque muy expoliado, y algunas de sus obras como la Santa Teresa de Alonso Cano y la Santa Ana de Martínez Montañés se trasladaron al Buen Suceso; otras fueron traidas por los filipenses desde su oratorio. Así, pudimos contemplar los magníficos bustos del Ecce Homo y la Dolorosa de Pedro Roldán, la Virgen de los Dolores, también de este autor, la copia del Cristo de la Clemencia obra de Ángel Iglesias (1791), ángeles lampadarios de Cayetano de Acosta, importantes lienzos del XVII, algunas obras de Juan del Castillo y tallas de los siglo XVII y XVIII.
Volvimos a la calle Abades, que posiblemente sigue el trazado del antiguo cado maximus de la Hispalis romana, para llegar hasta la capilla del colegio de San José de la Montaña, antigua Casa Olea, para contemplar los magníficos restos de un antiguo palacio mudéjar, especialmente la qubba, hoy convertida en capilla, con sus yeserías, alicatados y alfarjes. Posteriormente, nos dirigimos a la plaza de la Alianza, en cuyo entorno se ubicaría la antigua puerta de Gades y donde después se levantó la puerta de acceso al palacio abbadí, origen del actual Alcázar. Elemento central del palacio fue el actual Patio de Banderas, objeto reciente de una excavación que ha puesto en evidencia como, en esta especie de avanzada del montículo sobre el que se fundó la ciudad, se situaron importantes instalaciones portuarias, al estar estratégicamente situada entre el Tagarete y el cauce secundario del Guadalquivir, que entonces corría por la actual Avenida de la Constitución.
Finalizamos la actividad en la plaza de la Virgen de los Reyes, en cuyas inmediaciones se levantó el Foro de las Corporaciones, vinculado al puerto de la ciudad en época romana, del que se conservan algunas aras en los fundamentos de la Giralda y de las termas romanas localizadas bajo el Palacio Arzobispal y unas casas de la calle Abades. Con ello, concluímos una mañana densa por la complejidad y el número de elementos patrimoniales visitados; pero muy agradable y gratificante al profundizar en el conocimiento y disfrute de nuestra ciudad.

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